
- ¡Ay, Tomasín! Te he dicho mil veces que no te rías de la gente...
- ¡Ja, ja, ja! ¡Jo, mamá, ja, ja, ja! ¡Si esque mira qué ridícula! ¡Ja, ja, ja!
- Ya lo sé, hijo, ya la he visto... Pero disimula... Lo mismo está malita y no le puede dar el sol...
Y mientras tanto yo, con la cabeza bien alta, luzco mi sombrilla por el centro de Madrid, como las bellas damas de antaño, y tarareando el famoso tema de la zarzuela Luisa Fernanda:
Mujeres: A San Antonio, como es un santo casamentero, pidiendo matrimonio le agobian tanto, que Yo no quiero pedirle al Santo más que un amor sincero.
Hombres: Yo Señorita, que soy soltero y enamorado, la veo tan bonita, que soy sincero; y estoy pasmado de que un soltero no lleve Usted a su lado.
Mujeres: ¡Ay, que zaragatero es Usted!
Hombres: Yo soy un Caballero español.
Mujeres: Yo no soy extranjera...
Hombres: Y abra Usted el quitasol para que no se muera de celos el sol.
Javier: A la sombra de una sombrilla de encaje y seda, con voz muy queda, canta el amor.
Carolina: A la sombra de una sombrilla son ideales los madrigales, a media voz.
Todos: A la sombra de una sombrilla son ideales los madrigales, a media voz.
La gente se gira extrañada al ver pasar a una chica jóven con una sombrilla de encajes, pero no se inmutan si ven a otra con la cara llena de piercins. ¿Qué le pasa al mundo?
4 comentarios:
Pues que no saben apreciar tu estilazo.
contigo nunca se sabe, pero me cuesta mucho creer lo de la sombrilla sin verlo, claro que igual me trago mis palabras...
Te las tragarás...
estoy deseando hacerlo, jaja
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